lunes, 16 de noviembre de 2009

Slow Travel


Frente a la globalización, la comida rápida y los viajes exprés basados en visitar muchos sitios en poco tiempo, surge un movimiento que nos invita a disfrutar de la experiencia del viaje y saborear cada rincón.


Una nueva filosofía, que se va imponiendo en la forma de viajar, conocida como ‘Slow Travel’. Sus iniciadores fueron dos canadienses de Vancouver, Pauline Kenny y Steve Cohen, un matrimonio que decidió dedicarse a viajar tranquilamente, sin prisas, por Europa y Estados Unidos a lo largo de tres años. Después de este periplo se trasladaron a Santa Fé, en el estado de Nuevo México y crearon su página web www.slowtrav.com con la finalidad de animar a la gente con sus relatos y sus experiencias a viajar lenta y apaciblemente, a disfrutar de unas vacaciones similares a los veranos de antaño. Una vuelta al turismo lento, sosegado y contemplativo, en localidades pequeñas, sin ánimo de hacer nada más que integrarse en el lugar y vivir como los locales del destino visitado, recrearse con el ‘modus vivendi’ y el entorno.


Decálogo del Slow traveller

1. Elegir una zona limitada, que no sea muy grande, de una región.

2. Permanecer por lo menos una semana en el destino elegido.

3. Escoger alojamientos pequeños, refugios, hoteles de pocas habitaciones, casas particulares o casas rurales, posadas, o pequeños hoteles de lujo con encanto.

4. Frecuentar los mismos lugares para conocer y tener contacto con la gente del lugar, comprar en las mismas tiendas donde va la gente del sitio (panadería, ultramarinos, bares, restaurantes).

5. Evitar tener que desplazarse en coche en la medida de lo posible. A pie se tiene un mayor contacto con la gente y el lugar.

6. Llevar menos guías turísticas y más libros del destino para entregarse al placer de la lectura.

7. Dejar la cámara fotográfica en casa y contemplar o dibujar los sitios en un cuaderno de viaje.

8. Hacer picnic y evitar comer cada día en un restaurante. Y saborear las especialidades locales.

9. Pasear, montar en bici, aprender el idioma o apuntarse a clases de cocina. de pintura, de escultura o de baile.

10. Dejarse llevar por el pensamiento de no hacer nada para desconectar por completo de la rutina diaria.

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